El estudiante corazonista se distingue por vivir los valores del Evangelio y del carisma corazonista. Es honesto, respetuoso, responsable y solidario; actúa con disciplina por convicción y cumple sus deberes con compromiso.
Se caracteriza por su autonomía, pensamiento crítico y actitud fraterna; no se deja manipular ni guarda silencio ante la injusticia. Pone sus talentos al servicio de los demás y contribuye a un ambiente escolar basado en el respeto, la empatía y la calidad humana, formando así estudiantes capaces de enfrentar eficazmente los retos de la actualidad.


