Son creyentes que confían en el Dios uno y trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tratan de ser sus amigos y viven su fe en comunidad con la Iglesia.
Son bondadosos de corazón y compasivos, especialmente con los más necesitados.
Respetan y obedecen a sus padres acudientes y formadores.
Saben comprender, respetar y perdonar.
Son amables, cariñosos, cercanos, solidarios y empáticos.
Son valientes, críticos, asertivos y defienden las causas nobles y la verdad.
Son responsables, honestos, trabajadores, esforzados, constantes y comprometidos.
Son acogedores, no discriminan a nadie y a todos reciben con amabilidad.
Son sencillos, no se ufanan de lo que tienen o hacen, no alardean de sus éxitos.
Son buscadores, soñadores, arriesgados, quieren aprender cosas nuevas, les gusta la aventura, quieren asumir retos nuevos.
Son puntuales para cumplir en todos los ámbitos los compromisos adquiridos.
Saben disfrutar de la vida, son alegres y comparten esta alegría con sus amigos y compañeros.
Son dinámicos, buenos compañeros y aman el deporte.
Perfil Padre de Familia y/o Acudientes
Son los primeros responsables de la educación de sus hijos.
Tienen un alto sentido de responsabilidad, sintonizan con la filosofía y las directrices da la institución.
Contribuyen para que el servicio educativo sea armónico con el ejercicio del derecho a la educación.
Cumplen con las obligaciones contraídas en la matrícula, manual de convivencia y SIEE.
Son coeducadores en los procesos de aprendizaje de los alumnos, mediante un acompañamiento permanente y constante.
Son puntuales para cumplir en todos los ámbitos los compromisos adquiridos.
Hacen un seguimiento a sus hijos, centro y razón del trabajo educativo de cada día, siempre atentos a sus necesidades para que puedan desarrollar sus potencialidades.
Orientan y apoyan el proyecto de vida de sus hijos.
Promueven y dinamizan acciones que redundan en el crecimiento personal y grupal, y en la formación en valores de los estudiantes como fruto de la interacción entre la familia, la escuela y la comunidad.
Contribuyen al logro del ideal deseado en el desarrollo integral de la persona, en el respeto a su dignidad, en el cumplimiento de sus deberes y en la preservación de sus derechos.
Actúan teniendo en cuenta las circunstancias de la época y lo que los nuevos tiempos reclaman, animados siempre por un espíritu de diálogo y concertación.
En el hogar se resaltan los valores institucionales.
Perfil de las Directivas y Docentes
Son fieles a la filosofía Corazonista.
Educan a sus alumnos, las familias y la sociedad en el amor a Dios y dan testimonio de ÉL.
Viven su profesión como una vocación, entregando a la labor educativa sus valores, capacidad y tiempo.
Se valoran como personas, siendo conscientes y aceptando sus cualidades y limitaciones y aceptándolas.
Son puntuales para cumplir en todos los ámbitos los compromisos adquiridos.
Valoran lo positivo que hay en toda persona, independiente de su origen o situación.
Tienen una formación en valores que les hace destacar en la verdad y sinceridad, la honestidad, la compasión, el sentido humanitario, la solidaridad y la responsabilidad.
Se desempeñan como maestros y agentes de cambio, con proyección al futuro.
Acompañan y orientan en la construcción de proyectos de vida más humanos.
En el diario vivir se resaltan los valores institucionales.
Facilitan aprendizajes significativos que contribuyen al desarrollo de la curiosidad, del deseo de saber, de la capacidad de aprender de todo y de todos, del gusto por la investigación y de la creatividad.